Estaba aquí sentada editando una entrada para 3500 millones
y de repente ha empezado a sonar la sinfonía numero 1 de Mahler. El ruido de
los vecinos y de la calle se han fundido con la música y se han transformado en
melodía. Es como si la sinfonía lo hubiera atrapado todo y se hubiera
convertido en el eje conductor de la energía sonora de mi mundo. La banda
sonora de mi vida.
De repente he tenido consciencia del momento tan
privilegiado que estoy viviendo. Y me he emocionado. La certeza de ser una
persona tremendamente afortunada me ha oprimido el corazón y me ha hecho sonreír.
Son tiempos muy complicados, pero me pregunto si no lo serán
siempre. Tengo la sensación de que no hay nada nuevo en todo lo que me pasa,
que son historias que se repiten sin cesar desde el origen de los tiempos. Y
somos tan necios que no hemos sido capaces de gestionar el maravilloso don de
la humanidad como es debido. Somos una raza dominada por el odio y no por el
amor. Y el odio es destrucción.
Pues yo estoy firmemente decida a subir el peldaño de la
escala evolutiva que es indispensable para nuestra superviviencia. Pienso
transformar todo le odio en amor. Si he de morir que sea amando y sonriendo.
La sinfonía se va extinguiendo y tengo que volver al
trabajo. Os deseo mucho amor…
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