sábado, 16 de enero de 2010

El poder de los medios y su poca responsabilidad


Ayer estuve en una pequeña presentación de la Presidencia Europea que organizaba el MAEC. Diego López Garrido dio un discurso denso pero cargado de fuerza y convicción, como de hecho suele hacer. Me gusta Diego López Garrido. Me gusta desde que tuve la oportunidad de conocerle personalmente porque la verdad es que antes me parecía un chulo y un tonto, sin ni siquiera haberle escuchado hablar, todo sea dicho. También me gusta su equipo , la gente que le acompaña y le asesora. Son gente integra que se lo cree y, dentro de la medida de lo posible, luchan por sus convicciones, lo cual en estos tiempos que corren ya es mucho decir.

Hace un par de meses una fundación de chichinabo acusó a López Garrido de prevaricación. La noticia llenó los medios, porque obviamente la denuncia fue presentada en un juzgado de Madrid y fue admitida a trámite, como la mayoría de las denuncias. Los medios de derechas le dieron más bola que los de izquierdas, por supuesto, y la presunta corrupción de López Garrido tuvo espacio en algunas columnas de opinión. Todo esto sin que se hubieran analizado las pruebas presentadas por la fundación denunciante y sin que se hubiese producido juicio alguno.

Personas que me conocen y saben que me gusta Diego López Garrido se apresuraron a preguntarme mi opinión. No sólo conozco al secretario sino que conozco también algo la Fundación Alternativas y desde le principio defendí la inocencia de todos ellos y denuncié la falacia. Pero la respuesta de la gente con la que hablaba era siempre la misma “cuando el río suena.. agua lleva”.

Al final quedo patente que se trataba de una denuncia sin fundamento y el juez que instruía el caso llego incluso a acusar a la fundación de chichinavo de “temeridad”.

Pero el daño ya estaba hecho. Mucha gente recordará a López Garrido como un tío corrupto que se ha librado de la cárcel por vete a saber que razones. Sobre la condena ni una sola columna increpando a la fundación y analizando el hecho. Los medios callados porque ya no había sangre ni cabezas que cortar, descartada la posibilidad de escándalo el tema ya no tenía interés.

Más sonado fue el caso del hombre falsamente acusado de abusar hasta la muerte de la hija de su pareja en Canarias. Ahí como si que el escándalo podía perdurar el error también tuvo algo de bola en los medios.

Ahora nos encontramos con todos los medios inundados de una sola noticia “Haití y su terremoto”. De nuevo todos los medios volcados en la desgracia de un país con miles de muertos por catástrofe natural. Me pregunto ¿Por qué? ¿Para que vale toda esta cobertura mediática? ¿Para ayudar a la población local? ¿Para informar a los interesados por ese país? ¿Para rellenar hueco porque no hay otras noticias sangrientas y truculentas con las que animar los espacios informativos?

Lo que tengo claro es que la cobertura mediática no se corresponde con un interés general sobre el país y sus precarias condiciones, porque antes de la catástrofe Haití se la refinflaba a la mayoría de la población mundial.

Otra pregunta es que pasará con Haití cuando llegue la próxima noticia truculenta que desbanque a su desgracia. Haití se quedará ahí con su miseria y su problema, que para eso es suyo, mientras nosotros gozamos de otra gran desgracia en directo.

Con esto obviamente no quiero decir que me dé igual el drama de Haití ni mucho menos, sino que empiezo a estar realmente cansada de nuestros medios, de su falta de reflexión y de criterio. Estoy cansada de la sangre, de las falacias, del amarillismo. Y que no me digan que es lo que público demanda. Se puede hacer periodismo de calidad eligiendo bien como, y ser del agrado del público, pero como todo lo bueno, es más costoso, no es el camino fácil, es le trabajo de periodistas serios, profesionales y quizás con conocimientos y experiencia concretos, algo que cada vez escasea más en nuestros maltrechos medios.

Tengo que volver al mundo porque llevo 4 semanas desconectada de mis costumbres diarias de lectura exhaustiva de periódicos, pero no me apetece. ¿Seré yo o serán ellos?


En cualquier caso, como le dijo el Tío Ben a Spiderman “With great power. comes great responsibility”, alguien debería recordárselo a los medios.

También os emplazo a echarle un ojo a dos de mis antiquísimos post sobre el tema:

http://lucilara.blogspot.com/2008/10/y-entre-el-humodifamacin.html

http://lucilara.blogspot.com/2008/10/antes-de-ayer-era-el-da-de-los.html

2 comentarios:

panaka dijo...

Has tocado un tema peliagudo para mi, Lula. Ahora mismo podría empezar a escribir y no acabaría nunca para denunciar tanta irresponsabilidad entre la violación del habeas corpus. Ni siquiera hablemos de la hipocresía absurda que ahora tiene el nombrar Haití - ya que es noticia actual - como algo desproporcionado que nunca a nadie le importó en su momento pero que ahora se merece toda nuestra atención.

Del habeas corpus diré lo justo: "El silencio, implica consetimiento". Eso fue lo que dijo Tomás Moro a Enrique VIII cuando éste le pidió su opinión sobre la disolución de su matrimonio con Catalina de Aragón y sobre la fundación de la iglesia anglicana y por ello fue ejecutado. Han pasado más de 5 siglos de eso... y por lo visto no hemos aprendido nada. La presunción de inocencia nunca jamás volverá a existir si se permite que curiosamente secretos de sumario se filtren a la prensa y sean secretos para todos excepto para la prensa amarillista y hambrienta del incremento de sus ventas.

A la gente, Haití nunca le importó. Ni tampoco creo que a nadie le importó Madeleine y sin embargo, la gente le hizo caso. Simplemente por ser lo que fue Madeleine y lo que es hoy Haití: un artículo más producto del periodismo de sucesos más insípido, masificado y carente de contenido.

Lo de Haití me parece aún más curioso todavía. Porque es el típico país que sale en esas listas que sacan los periódicos cuando aparentemente no hay nada mejor que publicar "La lista de los ricos del mundo" "La lista de los países más pobres del mundo" etc... En la lista de los países más pobres del mundo, se sabe por activa y por pasiva que Haití está ahí. Está ahí porque desde su independencia en el siglo XVIII no ha tenido ni un minuto de estabilidad por culpa de la corrupción continuada por aquellos que estuvieron en el poder y por su gran poder de persuasión y de manipulación para ejercer control sobre la población. Quizá por eso Aristide, por ejemplo, estuvo en el poder dos veces y lo exiliaron dos veces...

A la gente parece que sólo le importan las cosas cuando salen en la tele o en los periódicos. Dices que la cobertura mediática no se corresponde con el interés general y prefiero pensar de esa manera antes de perder total fe en la humanidad.

De López Garrido, diré que no me gusta por lo que he visto de él. Además, si lleva el tema de Europa ese ya es otro tema de tela marinera. Pero bueno, la cosa es sencilla: independiemente de lo poco que me guste López Garrido, cualquier persona es inocente salvo que se demuestre lo contrario. Al menos, hasta hace bien poco, creo que era así.

Al final si que me he puesto a escribir sin parar. Al menos espero que si otra persona lee lo que escrito, entienda que con lo que he dicho no significa que me da exactamente igual Haití. Sólo espero que se recupere pronto el país aunque seguramente tarden más de lo que desearía.

Lucila Rodriguez-Alarcon dijo...

Querido Panaka,
como siempre consigues que me sienta muy útil cuando veo que mis escritos te provocan y azuzan... para eso están.

Creo que lo que dices es exactamente lo mismo que yo quería transmitir, y para mi tiene doble valor puesto que Haití es un país que conoces bien.

Y gracias por tu definición maravillosa del habeas corpus, claro que si, hay que denunciarlo hasta que nos quedemos sin garganta: "El silencio, implica consentimiento", no hay nada mas cierto y mas terrible ¿verdad?

Gracias Panaka por formar parte de mi blog. Es siempre un placer.