miércoles, 14 de octubre de 2009

Bienvenido Mr Marshall 2009


El lunes publica mi admirado Nacho Torreblanca una maravillosa columna sobre como en Europa se nos hace el culo Pepsicola (uso esta expresión que pronto caerá en completo desuso para quede constancia de ella para la posteridad porque me parece maravillosa, y se la dedico a Paloma RA que sé que la valorará), decía entonces, que en Europa se nos hace el culo Pepsicola por los States, por intimar con sus presidentes y en definitiva por acercarnos un rato a ese gran centro del poder mundial. Esto es lo que Nacho denomina “fetichismo transatlántico” expresión que es de lo más apropiado que he leído jamás.

Dicho esto, dicho todo. Ayer estuvo ZP en la Casa Blanca disfrutando de la compañía del que es mi nuevo ídolo político Mr Obama. ¿De que hablaron? La verdad es que no me importa. Por muy loables que sean los esfuerzos de nuestro presidente, como señala Nacho en su artículo y recordando que yo creo en la suma de muchas pequeñas partes, los intereses del señor Zapatero ya no me inspiran confianza y apenas simpatía, y a esto hay que añadir que los esfuerzos titánicos de su gabinete de prensa y consultores de comunicación en endiosar y equiparar a Zapatero con Obama me resultan odiosos y me provocan vergüenza ajena.

Ayer yo estuve comiendo con Carles Campuzano, diputado de CiU al que admiro y al que agradezco que me devuelva la fe en la clase política española. Él también es fan de “yes we can”. “Obama es ya grande por lo que dice” aunque todavía no haya hecho nada. Y yo comparto completamente ese enfoque. Obama es lo más importante que ha pasado en este mundo últimamente principalmente por lo que es capaz de transmitir, por la esperanza que es capaz de infundir, y por el valor que tiene a la hora de enfrentarse con el cambio. De hecho por eso ganó las elecciones, porque no tiene miedo a lo nuevo y desconocido lo que le permitió por ejemplo hacer uso de la WEB 2.0 para su campaña, cosa que nadie había hecho antes, ni ha conseguido después.

Y esta apología de Obama es para señalar como se debería haber diferenciado el enfoque de nuestro Gobierno con relación al encuentro con el mandatario americano. Más que hacer un bienvenido Mr Marshall que es lo que han hecho, tendrían que haber intentado estar a la altura de reto, tratando el tema con sobriedad y no perdiendo la cabeza por explotar el potencial rédito político que puede significar visitar al presidente de USA.

Os dejo con Forges, otro de mis ídolos…hoy me toca el día de la exaltación de la idolatría… que le vamos a hacer, la carne es débil, sighhhh.


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