Ayer tuve la suerte de pasar un par de horas con Margaret F., personaje adorable que me recuerda mi pasado de “expat” y me hace sentir internacional de nuevo. Como siempre nos pasa la conversación fue muy interesante y el encuentro muy agradable pero sin embargo yo me volví a casa profundamente tocada por una tristeza densa como el chocolate a la taza. ¿Por qué?
En un punto de nuestra conversación Margaret me comentó que hay muchas empresas que quieren colaborar con ONGs y no encuentran a nadie que les corresponda. Me puso un ejemplo, L’Oreal. Yo, rápidamente le conteste que L’Oreal hace pruebas con animales. Margaret me respondió que L’Oreal tiene una de las políticas de RSC más ambiciosas y avanzadas del mercado, que tienen muchas actividades a favor de la sostenibilidad y que para ser la empresa de cosméticos mas grande del mundo, y aunque obviamente todo es mejorable, L’Oreal estaba haciendo enormes progresos con grandes beneficios para el entorno y muy inspiradores para el resto del sector.
El caso es que yo pensé, para fraseando a Trillo, “manda güevos” que para estar nosotros más “guapos” siguiendo los cánones de belleza establecidos por vete tu a saber quien (seguramente los responsables de marketing de L’Oreal), tengamos que cargarnos nuestro entornos añadiendo más envases, sustancias y otros desechos, y además tengamos que fastidiar la vida de unos cuantos miles o millones de animales.
El problema surge cuando pienso que a mi me encanta pintarme el ojo, usar la crema antiarrugas y estar divina de la muerte… cosa tremendamente banal y ridícula por otro lado. Supongo que forma parte de mi necesidad de ser aceptada socialmente… ser aceptada por una sociedad que como dice Jacques Fresco está enferma, pero como dicen los franceses “désormais” es lo que me ha tocado.
En esta penumbra me he levantado, me he duchado con mi jabón natural, me he embadurnado de cremas varias, he hecho mis labores maternales, y me he sentado aquí. Mi admirada Elvira Lindo ha empezado a seguirme en ESKUP y como por arte de magia todo lo que fuera negrura infinita se torno en luz y ahora estoy más feliz que una perdiz… si amigos soy asi de simple, que le vamos a hacer.
Y es que las cosas no son más que lo que nosotros hagamos de ellas. Como decía Tagore disfruta de las estrellas cuando las tienes o como explicaba mi admirada Mary Poppins, la peor medicina con azucar pasará… pues eso, a pensar en positivo.
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