lunes, 16 de noviembre de 2009

De nuevo la redes sociales en el punto de mira

Con la cara toda hinchada por haber pasado por el dentista esta mañana, y los parpados pesados tras haber disfrutado tan solo de 3 horas de sueño, me dispongo a escribir una entrada sobre una información que no encuentro… ¿no es muy buena forma de empezar verdad?

Creo que fue hace un par de fin de semanas que leí unas noticia relativa al acceso libre o restringido de los menores a Internet. Coincidía en el tiempo pero no recuerdo si en la plataforma física (a saber diario), una entrevista con Chris Hughes, uno de los cofundadores de Facebook que, equilibrando el debate, defendía las maravillas de la red, para todos.

Es el eterno de debate que tanto me provoca, sin duda porque mi trabajo ha cambiado mucho desde que se inventó el Facebook, el Linkedin, el Myspace o el Twitter, y a mí también me costó mucho. Me he quedado ahí en el me costó mucho porque empecé por despreciarlos profundamente, para intentar introducirme en ellos como un elefante en una cacharrería, tuve regresión y pensé que jamás los entendería, para acabar enganchándome, usándolos de forma compulsiva tanto personal como profesional.

Ahora creo haber llegado a un punto de equilibrio y no los uso ni mucho ni poco, sino lo justo para enterarme de las cosa pero sin sobrepasar la hora diaria jamás en ningún caso.

Todo este periplo que he vivido con las redes sociales me convierte, creo yo, en una conocedora, relativa, y usuaria no compulsiva. Desde este estatus lanzó mis pequeñas aportaciones al debate recurrente:

1- menores y redes sociales: no creo que sea responsabilidad de las redes sociales el asegurar el control del acceso de los menores a los programas. Tampoco restringir el acceso de los menores a Internet sea una solución. Es como si pretendiéramos restringir el acceso de los menores a la Playstation o a la televisión.

2- redes sociales y protección de datos: se habla mucho de la protección de los datos de los usuarios de la redes. Más que buscar un sistema que regule la protección de datos de la redes sociales, que recordemos no son un programa de Internet de compra por ejemplo, sino un programa de personificación on-line VOLUNTARIO, lo que habría que intentar es que todos los usuarios fueran conscientes de las implicaciones de facilitar sus datos.

3- Ángeles y Demonios: pues si la redes sociales son sociales y en este sentido tienen bueno y malo dentro. Aquí no me voy a extender, simplemente os recomiendo un maravilloso, claro y conciso artículo de Moisés Naim publicado en El Pais de ayer.

En realidad creo que este debate recurrente viene principalmente provocado por un sentimiento recurrente en el ser humano: el miedo a lo desconocido. Internet, personificado últimamente por las redes sociales, se revela como un terreno infinito lleno de potenciales maravillas pero también de potenciales peligros. Coexistimos los “Galileos”que creemos en el progreso y nos vamos enfrentando a las cosas en tiempo presente, con los patricios que temerosos prefieren lo malo conocido que lo bueno por conocer y proyectan sus miedos en medidas de prevención y control de un futuro incierto "por si acaso".

Desde mi modesto punto de vista no hay nada más nocivo que vivir el presente pensando el futuro. Quizás algunos denominen este enfoque temeridad, para mi es audacia. ¿Cuantas cosas se dejan de hacer por asegurar un bienestar futuro que es imposible, precisamente por su carácter futuro, controlar?

Las redes tienen bueno y malo, pero sobre todo tienen una vida muy muy corta. ¿Por qué no dejamos que se vayan desarrollando y autorregulando antes de meter nuestra zarpa, desvirtuándolas?

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