lunes, 21 de septiembre de 2009

Juventud ¿divino tesoro?

Cuando volvimos de Malta me sorprendió que una de las principales noticias fuera el macro botellón que tubo lugar en Pozuelo coincidiendo con la fiesta de la localidad madrileña, la mas rica de España parece ser, que había acabado en reyerta.

Ahora, un par de semanas mas tarde, todavía es sorprendente la cantidad de noticias que aparecen en Google si se meten los términos botellón+pozuelo.

Sigo sin entender muy bien porque tanto bombo rodea a este altercado. Será que como dicen algunos se ha tratado de la revolución borroka de los pijos, será que no había más noticias importantes, que los medios todavía estaban sumidos en la crisis de la vuelta al cole… el botellón de Pozuelo no solo ha sido comentando sino que ha dado lugar a un debate nacional sobre la juventud.

Me hace gracia nos empeñamos en clasificar a los jóvenes como si nosotros nunca hubiéramos sido jóvenes y no hubiéramos hecho o dejado de hacer. Que los medios se empeñen en analizar la juventud con tanta distancia prueba dos cosas:

· La primera, que se están quedando obsoletos

· La segunda, que se han olvidado de lo que ellos fueron

Es mi modesta impresión de que la juventud es muy parecida siempre. Cambian los marcos, los límites, las pautas de compportamiento pero tiene esa base común atemporal, acultural, la juventud es el in- del que ya hablé en otra de mis entradas.

Nos empeñamos en que los que vienen detrás no comentan los errores de los que les han precedido, se nos olvida que los errores son el mejor maestro que tenemos. Queremos proteger a nuestros seres queridos, y privándoles de la capacidad de errar les convertimos en seres vulnerables y débiles.

Dentro de los múltiples artículos sobre la juventud en España a los que he tenido acceso en estas dos últimas semanas me ha llamado al atención uno publicado por un antropólogo de Lleida, Carles Feixa, en la Cuarta Página de El País. Este profesor clasifica a las juventudes de todos los tiempos en tres tipos: Tarzán, Peter Pan y Blade Runners. Como siempre no os voy a contar el articulo, si queréis os lo leéis. Lo que me llamó la atención del mismo es que no lo entendí. ME lo he leído 4 veces y no se si Carles me parece un tio que no tiene ni idea de cómo funcionan los jóvenes, o si realmente me encuentro ante un brillante sistema de clasificación de los tipos de juventud.

Aun así, dicho esto, de nuevo me deja perpleja la distancia desde la que este antropólogo escribe, como si la juventud que describe no tuviera nada que ver con el ni con el mundo en el que el vive. Como si la juventud fuera un animalillo, que tiene unos comportamientos, habitats etc, propios y ajenos al resto de la sociedad.

Yo percibo la juventud como una mezcla del pasado y el presente, sublimado por la inseguridad y la inconsciencia de las edades de aquellos que la integran.

De modo que si hay botellón borroka en Pozuelo, no creo que sea porque los jóvenes son “replicantes” perseguidos por sus padres “los blade runners” sino porque sus padres posiblemente beban mucho, no respeten a su entorno y tengan un nivel cultual muy deficiente pese a ocupar puestos de responsabilidad en grandes empresas nacionales u otros.

Como vengo diciendo desde hace tiempo, la cultura es para mi solución a todos los males: la cultura como la describía mi abuela, como el conocimiento amplio, transversal, que te permite poder elegir. Sino también me quedo con la definición del RAE, más ortodoxa.

El que destruye, consume sin limite, no respeta al entorno y sobre todo, no se respeta a si mismo, no es mas que un pobre inculto, que seguramente no puede elegir. Y sin duda en el pueblo con mayor PIB por habitante de España, el nivel económico es inversamente proporcional al nivel cultural. Saquen sus conclusiones, yo ya he sacado las mías.

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