miércoles, 20 de agosto de 2008

Al borde del foso o dentro de él. Por Andoni Hidalgo

Tal y como os anuncié os adjunto el texto de opinion de mi amigo Andoni Hidalgo sobre el tema de las lenguas. Su enfoque es muy diferente del mio tal y como os prometí. Que lo disfruteis.

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Al borde del foso

Lo primero que creo que deber ser dicho en torno a este tema es que esta discusión requiere, ante todo, prudencia. Porque la lengua es algo que toca muy de cerca los sentimientos, y justo por eso el discutir sobre ella es peligroso: se puede caer fácilmente en la descalificación, se pueden herir sensibilidades aunque no sea eso lo que se pretenda.
Concretamente, este debate me parece algo similar a caminar en un suelo resbaladizo, al borde de un foso lleno de cocodrilos. Es muy fácil resbalar. Los caimanes, abajo, se despedazan. Tienen los colmillos perfectamente afilados y no pierden la oportunidad da darse dentelladas. Es fácil oírles, porque meten muchísimo ruido. Unos gritan: "Fachas!!" y otros responden "Paletos!!". Fachas contra paletos: simplificaciones burdas que llegan desde aquellos que no saben permanecer al borde, sin caerse.

Intentaré no caer.

Empezaré por decir que la imposición de un idioma me parece algo dañino no solamente para el que la padece, sino para el idioma impuesto en sí. He estudiado varias lenguas y sé que el componente del ENTUSIASMO por aprenderlas es fundamental. Si te quitan eso y en su lugar te obligan a aprender un idioma “porque sí”, puedes llegar a odiarlo, profundamente. Y ya digo que es el propio idioma el que sale perdiendo, porque tú y todo tu entorno van a empezar por mirarlo con desconfianza, para pasar a odiarlo después.
Es posible que en Euskadi, Catalunya y Galicia y otros sitios se están dando situaciones que rocen el ridículo (concretamente hace poco en Baleares pasé por un trago de asistir a un representante oficial diciendo “no, aquí hablamos catalán y punto” que me dio bastante vergüenza ajena).
Sin embargo, tenemos que tener claro qué es esta polémica, de dónde sale y hacia dónde va. Una cosa son las situaciones puntuales, que pueden ser llamativas, incluso chirriantes, y otra cosa es la política general que se aplica, el porqué y el para qué.
Y en ese punto no tengo dudas: en general, estoy a favor de las políticas que promueven el bilingüismo, ya que España, como decía Branchadell en el artículo que propones en tu entrada del blog, es un país plurilingüe.
Las quejas en contra de los excesos de estas políticas de bilingüismo me parecen legítimas, pero de ahí a paser a hablar de “atropello”, como hace Savater, va un techo. En España hay una lengua mayoritaria, que se habla en todas partes y que NO ESTA EN PELIGRO, y unas cuantas lenguas minoritarias que SI ESTAN EN PELIGRO. Y estoy a favor de los pasos que se dan para garantizar que los ciudadanos de las Comunidades bilingües puedan usar los dos idiomas, pero garantizarlo de verdad, como lenguas vivas y no como “folklore que hay que conservar, míralos qué majos como hablan en cacatúa”.
Y cuanta más reacción haya por un lado en negar este plurilingüismo, más cerrazón habrá de la otra parte en defender sus idiomas (somos así de brutos, qué le vamos a hacer – todos: castellanos, catalanes, vascos, gallegos y baleares).
Y me parece que este manifiesto, lejos de arreglar las cosas, las complica. Y –como explicaré al final- no es en absoluto “inocente”. Tal vez Luz Casal sí lo haya sido, pero desde luego Savater no se puede extrañar de que haya cierta gente que se haya “apropiado” de su Manifiesto y que lo utilice en ciertos sentidos. Porque el uso que Savater hace de su defensa de la lengua común, tiene –como el mismo admite- índole política. Y actualmente el tema político “autonomías” en España está muy caliente (lleva años estándolo, hasta el hastío).
Voy al meollo: he leído el Manifiesto, varias veces, intentando desgranarlo. También varios de los artículos (todos sería imposible) a su favor y en su contra. Pero me centraré en el Manifiesto en sí, y trataré de analizarlo, punto por punto.
La primera cosa que me llama la atención es que Savater (con v, por Dios, con v) explica en el primer párrafo que le preocupan “los derechos educativos y cívicos de quienes la tienen (al castellano) como lengua materna o la eligen con todo derecho como vehículo preferente de expresión, comprensión y comunicación”. Me parece legítimo. Pero creo que el filósofo se preocupa bastante poco por “los derechos educativos y cívicos” de quienes, con todo derecho también, tienen como vehículo preferente de expresión, comprensión y comunicación a otros idiomas minoritarios.
Paso a argumentar el porqué de esta consideración general.

Sobre las premisas

Empiezo por los considerandos de Savater. Veamos:
“1. Todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas y merecedoras de protección institucional como patrimonio compartido, pero sólo una de ellas es común a todos” – Impecable. Estoy MUY de acuerdo.
Sin embargo, luego derrapa un poco, cuando dice “Y contar con una lengua política común es una enorme riqueza para la democracia, aún más si se trata de una lengua de tanto arraigo histórico en todo el país y de tanta vigencia en el mundo entero como el castellano.” ¿Y porqué? ¿Qué pasa, que los Suecos tienen menos riqueza para la democracia al tener su lengua menos vigencia en el Mundo entero? ¿Que los eslovacos tienen menos riqueza para la democracia al haber compartido su idioma parte del país con otra lengua (el checo) durante tanto tiempo? En cuanto empezamos a transformar algo como la lengua en un instrumento de orgullo nacional y de “mi idioma se habla aquí y en Nueva York, tu púdrete de asco en tu rinconcito”, la cosa se pone mala. Y un intelectual como Savater lo debería saber.
“2. Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas” – Estupendo. También de acuerdo.
“3. En las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua cooficial, junto a la obligación de conocer la común del país (que también es la común dentro de esa comunidad, no lo olvidemos).” – Bien, bravo Savater.
“4. Ciertamente, el artículo tercero…sería un fraude constitucional y una auténtica felonía utilizar tal artículo para justificar la discriminación, marginación o minusvaloración de los ciudadanos monolingües en castellano en alguna de las formas antes indicadas” – Ok.
Hasta aquí, y a pesar de que hay alguna cosilla que no me cuadra, me parece un documento razonable. De constatación de una realidad legal, denuncia de posibles excesos, y puesta en claro de ciertos conceptos.
Lo del idioma común me parece muy beneficioso y coherente. Mi idioma materno es el castellano, y estoy muy contento por ello.
La cosa se tuerce n la segunda parte del Manifiesto.

Sobre las solicitudes
“1. La lengua castellana es COMUN Y OFICIAL a todo el territorio nacional, siendo la única cuya comprensión puede serle supuesta a cualquier efecto a todos los ciudadanos españoles.”
De acuerdo. Este punto es innecesario, puesto que la Constitución lo establece ya. Se podría argumentar que “hay ciertos Estatutos de Autonomía que no reconocen esto”. Pero si de verdad los Estatutos fueran en contra de ese principio, hacía tiempo que estarían ante el TC con un buen recurso de Inconstitucionalidad. Y por el momento, de los que están en vigor, ninguno ha sido denunciado. Luego este punto es superfluo.
“2. Todos los ciudadanos que lo deseen tienen DERECHO A SER EDUCADOS en lengua castellana, sea cual fuere su lengua materna. Las lenguas cooficiales autonómicas deben figurar en los planes de estudio de sus respectivas comunidades en diversos grados de oferta, pero nunca como lengua vehicular exclusiva. En cualquier caso, siempre debe quedar garantizado a todos los alumnos el conocimiento final de la lengua común.”
Este punto ya no es tan superfluo, pero creo que en la práctica es innecesario. Toca, creo yo, especialmente al sistema educativo catalán, en el que parece ser que hay escasas posibilidades de usar el castellano como lengua principal. No estoy informado en profundidad sobre el tema (y digo EN PROFUNDIDAD, más allá de los artículos sensacionalistas que El Mundo publique de cuando en cuando). En todo caso, en el sistema que conozco, el vasco, hay plena libertad para elegir el modelo educativo que se desee (A, B o D). El derecho a ser educados en castellano queda garantizado. En cuanto al “conocimiento final”, que cite Savater cuántos catalanes, vascos o gallegos que han sido educados no saben hablar castellano. ¿Tú conoces alguno?
“3. En las autonomías bilingües, cualquier ciudadano español tiene derecho a ser ATENDIDO INSTITUCIONALMENTE EN LAS DOS LENGUAS OFICIALES. Lo cual implica que en los centros oficiales habrá siempre personal capacitado para ello, no que todo funcionario deba tener tal capacitación.”
Este es otro punto con el que estoy MUY es desacuerdo. Si se trata de garantizar el derecho a todos los ciudadanos a ser asistidos en la lengua que elijan en la administración que pagan con sus impuestos, este párrafo me parece especialmente desacertado. Savater viene a proponer que, así como en todas las oficinas nos encontramos con “el informático” o “el que sabe de leyes”, en las administraciones tengan al que (o a los que) “sabe euskera / catalán / gallego”. Oye, ¿y si resulta que está ocupado? ¿o enfermo? Entonces se le dice al administrado que nada, que vuelva mañana, o que hable en castellano. ¿No es eso atentar contra los derechos del ciudadano? ¿No es eso lo que quiere evitar este manifiesto?
“4. LA ROTULACION DE LOS EDIFICIOS OFICIALES Y DE LAS VIAS PUBLICAS, las comunicaciones administrativas, la información a la ciudadanía, etc... en dichas comunidades (o en sus zonas calificadas de bilingües) es recomendable que sean bilingües pero en todo caso nunca podrán expresarse únicamente en la lengua autonómica.”
Este párrafo, coherente en un principio, tiene trampa. Porque al mismo tiempo que habla de bilingüismo, busca garantizar el uno de sólo un idioma. Vamos a ver, si estamos hablando de comunidades bi-lingües, es decir, de dos idiomas, tiene que ser obligatorio (no “recomendable”) que los carteles públicos estén en los dos idiomas. Y –si seguimos con el bilingüismo- ¿porqué dice que “en todo caso, nunca podrán expresarse únicamente en la lengua autonómica?”. ¿No debería decir que, por respeto a los dos idiomas de la Comunidad “nunca podrán expresarse únicamente en UNA lengua”? Si estamos hablando de territorios bilingües, ¿porqué rechazar el monolingüismo sólo en un sentido?
“5. LOS REPRESENTANTES POLITICOS, tanto de la administración central como de las autonómicas, utilizarán habitualmente en sus funciones institucionales de alcance estatal la lengua castellana lo mismo dentro de España que en el extranjero, salvo en determinadas ocasiones características.”
Esto tiene tela: o sea que Zapatero va a un foro internacional y –en vez de expresarse en inglés por el bien del entendimiento común (en caso de que sea capaz de hacerlo, cosa que dada la exquisita preparación de nuestros dirigentes en lenguas extranjeras me extrañaría)-, todo el mundo entiende que se exprese en Castellano, porque va representando a España.
Sin embargo, los cargos públicos de las autonomías, que igualmente representan a sus Comunidades, deben tener la OBLIGACION LEGAL de expresarse en un idioma distinto al del territorio al que representan. Curioso.
Sin embargo, estas discrepancias se quedan en nada cuando llegamos al punto fundamental, el que –a mi entender- transforma este Manifiesto, que puede llegar a decir cosas razonables- en algo delirante. Y es la demanda que hace de MODIFICAR LAS LEYES, de sellar sus demandas bajo la obligación de que estas se cumplan.
Esto convierte a las 5 demandas en algo inaceptable, pero sobre todo a la última, la que se refiere a los representantes públicos. En ciertos aspectos, podría estar de acuerdo con lo que dice Savater. Ya que todos tenemos un idioma común, expresémonos en él, el que todos conocemos, para favorecer el entendimiento. Me daría un poco de vergüenza ajena ver que Ibarretxe va a un debate de TVE para emisión nacional y decide expresarse sólo en Euskera. En caso de que lo hiciera (cosa que hasta ahora no ha hecho ningún político autonómico que yo conozca) yo sería el primero en decir “hombre de Dios, habla es Castellano para que todos te entiendan, que no te cuesta nada”. Lo que me molesta de este Manifiesto es que SE RECLAMA EL CAMBIO DE LEYES, mas específicamente de la Constitución, para que se hagan obligatorios los puntos 1, 2, 3, 4 y 5.
Cito textualmente: “los abajo firmantes solicitamos del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos) para fijar inequívocamente los siguientes puntos”.
El “sentido común” que puedan tener las palabras de Savater y los demás “abajo firmantes” se desvirtúa en cuanto exigen que lo que solicitan se vea refrendado por leyes taxativas, y no de cualquier nivel, sino nada menos que CONSTITUCIONALES. Ahí es nada: este Manifiesto quiere que España de un paso adelante en la civilización occidental, y que en su norma fundamental se imponga la prohibición de expresarse en un determinado idioma. ¿Cuántas Constituciones en el mundo pueden “presumir” de semejante cosa?

Sobre la “utilización” del Manifiesto
En resumen, y como he dicho antes, en esta polémica hay cosas que son criticables, y a saco, por parte de los Gobiernos autonómicos. Pero, por lo que conozco, no veo razones para hablar de “atropello” ni de –como dices tu en el blog- de que “una casi mayoría despiadada y se está comiendo a la otra mitad sin ningún tipo de escrúpulo ni rubor”.

Creo que hay que estar muy alejados de la realidad (o muy influenciados por una realidad que tal vez hemos padecido en el pasado en primera persona) para decir eso. En todo caso, hay que saber tomar distancias, ver el problema en su totalidad, y juzgarlo sin pensar que tu trozo de mundo y tu experiencia en una proyección del todo.

Para las denuncias concretas de los casos particulares ya hay servicios (en Euskadi se llama “Elebide”, y en Galicia se llama “Galicia bilingüe”, en Catalunya no sé cómo se llama, pero seguro que lo hay) en los que los ciudadanos pueden denunciar atropellos y discriminaciones lingüísticas.
Pero este Manifiesto va más allá. Va a por los que dirigen las Comunidades en cuestión, o los nacionalistas que forman parte de esos Gobiernos. Si has parido un Manifiesto así, que no te extrañe que venga el Inmundo y se lo coma, y lo paternalice, y lo manipule.

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