
Ayer estuve en una pequeña presentación de
la Presidencia Europea que organizaba el MAEC.
Diego López Garrido dio un discurso denso pero cargado de fuerza y convicción, como de hecho suele hacer. Me gusta Diego López Garrido. Me gusta desde que tuve la oportunidad de conocerle personalmente porque la verdad es que antes me parecía un chulo y un tonto, sin ni siquiera haberle escuchado hablar, todo sea dicho. También me gusta su
equipo , la gente que le
acompaña y le asesora. Son gente integra que se lo cree y, dentro de la medida de lo posible, luchan por sus convicciones, lo cual en estos tiempos que corren ya es mucho decir.
Hace un par de meses una fundación de chichinabo acusó a López Garrido de prevaricación. La noticia llenó los medios, porque obviamente la denuncia fue presentada en un juzgado de Madrid y fue admitida a trámite, como la mayoría de las denuncias. Los medios de derechas le dieron más bola que los de izquierdas, por supuesto, y la presunta corrupción de López Garrido tuvo espacio en algunas columnas de opinión. Todo esto sin que se hubieran analizado las pruebas presentadas por la fundación denunciante y sin que se hubiese producido juicio alguno.
Personas que me conocen y saben que me gusta Diego López Garrido se apresuraron a preguntarme mi opinión. No sólo conozco al secretario sino que conozco también algo la Fundación Alternativas y desde le principio defendí la inocencia de todos ellos y denuncié la falacia. Pero la respuesta de la gente con la que hablaba era siempre la misma “cuando el río suena.. agua lleva”.
Al final quedo patente que se trataba de una denuncia sin fundamento y el juez que instruía el caso llego incluso a acusar a la fundación de chichinavo de “temeridad”.
Pero el daño ya estaba hecho. Mucha gente recordará a López Garrido como un tío corrupto que se ha librado de la cárcel por vete a saber que razones. Sobre la condena ni una sola columna increpando a la fundación y analizando el hecho. Los medios callados porque ya no había sangre ni cabezas que cortar, descartada la posibilidad de escándalo el tema ya no tenía interés.
Más sonado fue el caso del hombre falsamente acusado de abusar hasta la muerte de la hija de su pareja en Canarias. Ahí como si que el escándalo podía perdurar el error también tuvo algo de bola en los medios.
Ahora nos encontramos con todos los medios inundados de una sola noticia “Haití y su terremoto”. De nuevo todos los medios volcados en la desgracia de un país con miles de muertos por catástrofe natural. Me pregunto ¿Por qué? ¿Para que vale toda esta cobertura mediática? ¿Para ayudar a la población local? ¿Para informar a los interesados por ese país? ¿Para rellenar hueco porque no hay otras noticias sangrientas y truculentas con las que animar los espacios informativos?
Lo que tengo claro es que la cobertura mediática no se corresponde con un interés general sobre el país y sus precarias condiciones, porque antes de la catástrofe Haití se la refinflaba a la mayoría de la población mundial.
Otra pregunta es que pasará con Haití cuando llegue la próxima noticia truculenta que desbanque a su desgracia. Haití se quedará ahí con su miseria y su problema, que para eso es suyo, mientras nosotros gozamos de otra gran desgracia en directo.
Con esto obviamente no quiero decir que me dé igual el drama de Haití ni mucho menos, sino que empiezo a estar realmente cansada de nuestros medios, de su falta de reflexión y de criterio. Estoy cansada de la sangre, de las falacias, del amarillismo. Y que no me digan que es lo que público demanda. Se puede hacer periodismo de calidad eligiendo bien como, y ser del agrado del público, pero como todo lo bueno, es más costoso, no es el camino fácil, es le trabajo de periodistas serios, profesionales y quizás con conocimientos y experiencia concretos, algo que cada vez escasea más en nuestros maltrechos medios.
Tengo que volver al mundo porque llevo 4 semanas desconectada de mis costumbres diarias de lectura exhaustiva de periódicos, pero no me apetece. ¿Seré yo o serán ellos?
En cualquier caso, como le dijo el Tío Ben a Spiderman “With great power. comes great responsibility”, alguien debería recordárselo a los medios.
También os emplazo a echarle un ojo a dos de mis antiquísimos post sobre el tema:
http://lucilara.blogspot.com/2008/10/y-entre-el-humodifamacin.html
http://lucilara.blogspot.com/2008/10/antes-de-ayer-era-el-da-de-los.html